miércoles, 16 de mayo de 2012

El verdadero jugador de dibujos animados


Hace ya casi dos décadas Jorge Valdano definió a Romario como «un jugador de dibujos animados». Quizá porque yo era muy joven e ingenuo, quizá porque los medios —al menos los medios que me eran familiares— hacían de cualquier comentario del argentino un memorable aforismo, acepté el símil sin rechistar. Hoy, en cambio, me parece una imagen burda, mal acabada, o mejor, incompleta. ¿Sabéis de quién es la culpa? Exacto: de Cristiano Ronaldo.
Romario Da Souza Faria deslumbró en la primera mitad de los noventa con acciones de gran belleza y, sobre todo, por su facilidad goleadora. Para designarlo, Valdano más preocupado por cómo suenan sus palabras que por lo qué significan no se conformó con emplear expresiones ya vulgarizadas y manufacturó un nuevo concepto. La prensa se hizo eco del elogio y durante algún tiempo gozó de cierto éxito, sin que reparásemos en su vacuidad.
Estaba claro que Valdano no era seguidor de Oliver y Benji —para los de fuera de España, Supercampeones—: pocas veces se vio un chut desde dentro del área, menos aún un desmarque eléctrico, jamás un gol de vaselina… Lo más parecido a un Romario en Campeones era Roberto Sedinho, brasileño y bebedor.
Lo que sí pudimos ver fueron jugadores verticalísimos que aprovechaban su extraordinaria velocidad para desbordar a los rivales, verdaderos portentos físicos que se suspendían en el aire para conseguir imponentes remates y, sobre todas las demás cosas, disparos potentes con efectos inconcebibles. Os suena, ¿verdad? Si a todo esto le sumamos que uno de los protagonistas —el favorito de las chicas— era moreno de piel, un poco chulito y debía hacer siempre el doble para que se le reconociesen los méritos que a otro se le adjudicaban sin esfuerzo; entonces parece claro que el verdadero jugador de dibujos animados es portugués y juega en el Real Madrid.


No hay comentarios:

Publicar un comentario