jueves, 5 de julio de 2012

Mea culpa


Rectificar es de sabios asegura el refrán. De acuerdo, pero no todos los sabios rectifican siempre y, sobre todo, no todos los que rectifican son sabios. Este último es nuestro caso.
Ramos en su mejor versión.
El europeo de Sergio Ramos ha sido tan extraordinario ―de platino― que no podemos pasar por alto que aquí le hemos considerado plata pero no oro. Independientemente que nuestra opinión no fuese caprichosa ni despectiva, el nivel de Ramos ha sido tan sorprendentemente alto que no cabe otra actitud que felicitarle, felicitarnos ―por tenerlo en nuestro equipo y en nuestra selección― y esperar que su rendimiento no decaiga en el futuro.
Pero como nuestra función fundamental es, huyendo del triunfalismo y del alago, mediante el más desapasionado análisis, contribuir a formar una opinión crítica y objetiva dentro del madridismo que redunde en beneficio del Real Madrid, debemos buscar las posibles razones de la sorpresa.
A ese nivel solo se llega si se es muy buen futbolista, y Sergio lo es. Hay, también, que estar en un gran momento físico, y Ramos lo estuvo. Y, claro, los compañeros de defensa tienen que ayudar, y ¡cómo ayudaron!, especialmente dos, Alonso y Busquets.
Y es que Xabi, lento pero con clase y gran visión del juego de ataque tiene además una apreciable capacidad para el corte. Sergio, el del Barcelona, aporta velocidad en defensa, una notabilísima inteligencia táctica y gran poder por alto. Además, aprovechando su vocación teatral, es mucho más duro y contundente de lo que parece ―y a veces lo parece mucho― por lo que entrega a sus compañeros de atrás a los atacantes que rebasan su línea bien, bien maduros.
Pues nada, felicitaciones a los campeones y, porque se lo merece y porque el fútbol español y el madridismo deben ser resarcidos por las injusticias cometidas con Raúl, ¡Casillas, Balón de Oro!