lunes, 16 de abril de 2012

Nace "merengue merengue", el blog del madridismo crítico

Cuando decidimos poner en marcha merengue merengue nos exigimos constancia y reflexión. Lo primero es imprescindible para que un proyecto deje de serlo; lo segundo para que lo que se escribe no enrojezca a su autor pasados los días. El madridismo sería la tercera premisa, pero no nos hace falta esfuerzo alguno para alcanzarla: los que nos conocen —son pocos los que saben que lo hacen— son testigos de que nuestro amor por el Real Madrid es incondicional. Somos, pues, merengones que han de sobreponerse a la molicie y no dejarse llevar por su pasión para que exista este blog del madridismo crítico.
El lector habrá advertido que si desde aquí concebimos la participación en la Red como una autoimposición, el mero hecho de escribir no es la razón de ser de merengue merengue. Más allá del deseo de expresar nuestra opinión está la convicción de que es necesario que esta sea tenida en cuenta.  El que escribamos tras un pseudónimo evidencia una ausencia total de deseo de reconocimiento, pero no por ello dejamos de ser ambiciosos: queremos llegar a los madridistas y mostrar aquello que jamás podrá mostrar el periodismo deportivo.
Y es que a los medios no les interesa el glorioso pasado del Real Madrid por el simple hecho de ser pasado. Su incapacidad para aproximarse a lo pretérito no radica solo en la relación entre el método y el objeto, sino que está en la propia naturaleza del sujeto: el periodista se nutre de lo efímero y se acobarda frente a lo que perdura; si encontrara asiento en la retrospectiva pondría al descubierto sus errores, que o bien son el fruto de su miopía o bien de su mala intención.
¿Y qué hay del presente? ¿Qué hay del análisis de la situación actual —institucional y deportiva— del Real Madrid? El periodista adolece aquí de independencia, de un criterio propio. Como asalariado participa en la factura de un producto que responde a una labor previa de diseño, encaminada a acomodarse a las exigencias de la demanda, de los consumidores. Como alguien que desea mantener su puesto de trabajo, su acceso a la intimidad del club le exige una actitud servil hacia aquel que se lo proporciona.
En merengue merengue nuestras limitaciones nos harán fuertes. La distancia respecto a los jugadores nos hace valorar solo lo que vemos en el terreno de juego. No hay amigos a los que loar ni en el vestuario ni el palco. No necesitamos sazonar con polémica contenidos insípidos, ni crear noticias para cumplir con requerimientos editoriales. No existe, en definitiva, interés que se anteponga a nuestro deseo de contribuir a la prosperidad del Real Madrid. Esperamos que con la ayuda de un puñado de fieles lectores podamos conseguirlo.

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