sábado, 12 de mayo de 2012

Sobre algunos periodistas y el caso Higuaín (II)


Al poco tiempo de convertirse en personaje popular pudimos ver a José Manuel Estrada en una playa del Caribe tratándose las almorranas con agua marina. Desde aquel momento, Pipi tiene la rara capacidad de hacer que cualquier participación suya en televisión parezca la misma. En la última, teléfono móvil contra la oreja, nuestro amigo sentenciaba lo siguiente: «El padre de Gonzalo Higuaín, Jorge Higuaín, ha prometido al París Saint Germain que su hijo jugará la próxima temporada en París». La puesta en escena era exactamente igual a la que empleó hace un año para dar a conocer al mundo que el Kun sería jugador del Real Madrid. Pipi, ¡gran conocedor de fuentes de agua potable!

Pipi Estrada, de profesión zahorí


viernes, 11 de mayo de 2012

Una dosis de soberbia


Ayer, antes del partido, alguien me dijo que se alegraría de una victoria del Atlético. No adujo otro motivo que antimadridismo —algo que podría haberle impulsado perfectamente a animar al Bilbao—. Respondí que yo también deseaba que la final se la llevasen los atléticos y, para mi asombro, el comentario no condujo a réplica. En otras palabras: existe un sentimiento de solidaridad antimadridista que a los blancos nos trae sin cuidado ¡Y los antimadridistas lo saben! El ejemplo más acabado de esta asimetría se observa en relación a nuestros vecinos de la ribera del Manzanares.
No conozco madridista que se acordase de sus semejantes atléticos a la hora de celebrar el título de liga hace una semana. Eso sí, en cuanto se produce un triunfo rojiblanco, de manera casi inmediata el colchonero desliza su sincero homenaje a la parroquia vikinga. Y lo más curioso es que nos da exactamente igual. No sé si en la capital sucederá lo mismo —a menudo el roce no hace el cariño—, pero los madridistas de provincias vivimos las victorias del Atleti con satisfacción. No es de extrañar: un equipo que lleva con orgullo la bandera del país suele ganarse la simpatía de sus compatriotas.
Si me permitís el símil, los seguidores del Atlético son como un hermano segundón. Nótese que no hablo de hermanos menores, sino de esos otros un poco envidiosos, capaces de ver en sus congéneres a privilegiados monopolizadores del cariño paterno. Los madridistas por el contrario, aunque los miramos altivamente encaramados en esta gloriosa historia, celebramos sus éxitos. La razón es simple: el Atleti no es ni será nunca amenaza para el Madrid. Sus puntuales éxitos jamás han empañado los nuestros. Otros, en cambio, suscitan cierto temor y, cuando echamos la vista atrás, son vistos en el lejano horizonte, esforzándose por alcanzarnos; por ganarnos terreno. Hasta hace bien poco han recortado distancia y ya casi no parecen irreconocibles puntitos en la lontananza.

lunes, 7 de mayo de 2012

Sobre algunos periodistas y el caso Higuaín (I)


Transcribo a continuación un comentario realizado por Julián Ávila, de SportYou.es, al hilo de las recientes especulaciones sobre el futuro de Gonzalo Higuaín.  Lo escuché en la radio el pasado viernes día 4 a las 20:30, en el espacio Deportes Cope. Vosotros podéis encontrarlo en la sección de podcasting de Cope.es:
«Es una despedida en toda regla porque desde hace tiempo el Real Madrid se quiere desprender de un goleador que, echando una vista a sus cifras, ha marcado ya más de cien goles en las seis temporadas que lleva en el Madrid; y dudo mucho que encuentren un delantero, por lo menos por el dinero que le costó, que le de las mismas garantías. Es un saco de piedras de la anterior junta directiva y, evidentemente, esta actual junta directiva presidida por Florentino Pérez se quiere quitar todo lo que huela al anterior presidente».
Quizá hayáis advertido cierto estrabismo periodístico en el bueno de Julián: trata de mirar hacia el frente pero no lo consigue. Hasta el momento nadie había puesto sobre la mesa la posibilidad de que Higuaín fuese considerado transferible por el club, pero nuestro periodista apunta a que esa y no otra es la causa por la que el jugador quiera marchar. Pero no nos equivoquemos. No se trata de que el Pipa considere que no se le valora lo suficiente. Lo que realmente sucede es que la directiva del Madrid quiere deshacerse de cualquier jugador que recuerde a Ramón Calderón —os juro que me ha costado acordarme de su nombre—; eso sí, de manera selectiva —a Marcelo y a Pepe que no se los toque—.
Marca y As no se han hecho
eco de las informaciones de Julián Ávila
Ahora bien, reconozcámosle a Ávila una cualidad: tiene un talento fuera de lo común para hacernos ver lo que a nadie se le escapa; es un verdadero maestro a la hora de subrayar evidencias. Menos mal que contamos con profesionales de su nivel para darnos cuenta que Gonzalo Higuaín es un delantero al que, si es que se va, será difícil encontrar reemplazo. ¡Sobre todo si tratan de hacerlo en la sección de saldos!


domingo, 6 de mayo de 2012

Materia gris, masa blanca


Parecía que nos íbamos a equivocar… ¡y nos equivocamos! No debimos celebrar el triunfo de forma tan apresurada. Ahora la noticia son los 50 goles de Messi ―gran record para un extraordinario futbolista―, los apodos de los jugadores del Madrid en el vestuario y la cantidad de cerveza que puede ingerir el equipo en sus momentos de euforia. ¡Qué error! ¿De qué hablaremos ahora?, ¿de la boda de Íker y Sara? La liga trigésimo segunda es, por culpa de quienes deciden en asuntos de imagen en el Madrid, remoto pasado.
¡Más materia gris y menos masa blanca!, señores.